Reseña

Somos bailarines enmascarados de certeza, la bella bestia ator-mentada adolece la mordaza del instinto.
La máscara provoca una tensión entre el ser y el simulacro, liberando la voluntad, los sentidos e incertidumbre, aspecto que perturba el pensamiento, excita el afecto y disocia la costum-bre.
Elixir que provoca, aperitivo de alcoholes dionisíacos en el proscenio del teatro.
Rostro indulgente que nos permite volar fuera de la forma y, sabernos a la sombra del "ego", sibilinos, sin camisa de fuerza, ni estampados de apariencia.