Presbítero a la Monseñor
El plato exquisito que un obispo sirvió al satán
Autor: | Vásquez Bustamante, Carlos Fernando |
“Amarillo a la monseñor" es uno de los platos típicos de estas tierras del Guaviare que, según cuentan algunos, evoca los buenos gustos de un ilustre prelado de tierras vecinas. Quise titular este escrito, que sea dicho carece de cualquier gota shakesperiana, "Presbítero a la monseñor", porque padecí los gustos depredadores de algunos, anticristianamente llamados monseñores. Este gusto patológico y depredador lo explícito en el subtítulo: el plato exquisito que un obispo sirvió al Satán.
No es solo mi caso. Es el caso de muchos presbíteros, algunos de ellos totalmente inocentes de aquellas cosas de las que Satanás, a través de siervos suyos, los acusa. Otros son acusados por pecados del pasado muy pasado. Los “monseñores", con mirada nictálope, no han visto la estratagema demoniaca: acusar presbíteros que en el presente luchan en su propio camino de prodigalidad y cumplimento, lo cual incomoda al padre de la mentira, y por eso lo hace, no por otra cosa. Yo he visto a Satanás pavonearse con decretos que "monseñores" le han firmado. Bien lo dijo el maestro de Luz: "los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz" (Lucas 16,8).