Reseña

Pedro García vuelve a hacer de las suyas en uno de sus últimos viajes como camionero. Ya su edad lo hace más vulnerable y le recuerda que es hora de dejar todo atrás, y aceptar que lo suyo es apenas un hermoso pasado, y que ya tiene que pasar la página para ser consecuente con lo vivido. Esta premisa hace parte del inicio a la lectura de El hijo del Camionero. Ya estamos acostumbrados a la magia de la palabra escrita que solo puede ser generada por Jairo Orlando Ibarra Palacios, quien hoy nos cautiva otra vez con este nuevo título, que narra un sinnúmero de vivencias y aventuras detrás de la labor de ser camionero; todo aquello que a simple ojo de espectador no se logra evidenciar, pero que está ahí, ya que son seres humanos de carne y hueso, y que como tales lo viven. No es más que acompañar al protagonista en el viaje por las páginas de su historia hecha palabra escrita, para tener una idea más centrada sobre el argot camionero, con los componentes de la pasión, el amor y la visión del joven que quiere superarse y demostrarle al mundo que lo rodea que las historias se pueden reescribir. José Armando aparece como el heredero del legado camionero, que como estudiante aventajado tiende a superar al maestro, lo que por cierto logra, y de qué manera.
Encontrémonos en las líneas de El hijo del camionero; es la invitación que hoy hago para usted, amigo lector. No se arrepentirá.