Reseña

Esta es la historia de un niño de muchos, que estuvo en la guerrilla y no porque así lo quisiera. Contada en primera persona, por su protagonista, es el testimonio descarnado pero cierto de quien creció sin infancia, alejado de los suyos y de cualquier oportunidad de una vida digna, víctima de un conflicto que nos ha robado la paz a todos y que se ha venido alimentando por décadas de la indiferencia social, el narcotráfico, la pobreza y la corrupción gubernamental.
Es tiempo de volver el rostro hacia aquellos pequeños y no permitir que sus victimarios o algunos activistas con moral retorcida minimicen el tema bajo el argumento de pasar la página para reconciliarlos como colombianos y avanzar como si nada hubiera pasado. Ellos, los niños guerrilleros también son Colombia, una que llora donde nadie la ve, donde sí aplica la triste expresión de ser “carne de cañón” en un fenómeno que lejos de desaparecer, se viene incrementando en nuestro país.