Reseña

" (...)escribir cuento es bien diferente que contarlos. Aproximar las dos dimensiones del lenguaje ocurre no sin riesgo de parecer un chisme; este último sería una cualidad del texto. Aquí hay una buena colección de chismes que conectan de manera terrígena con esa voz que regula el universo de lo debido y lo indebido, con las palabras que iluminan el casi extinto refugio de una casa grande cercada por solares en la noche, por donde se mueve el ropavejero, los huesos no enterrados, la quiromántica que conoce el destino, el sepulturero y su relación con los muertos: un inventario de personajes que parecen desplazados por la conurbación y la incursión de los smartphones en la actualidad. También hay una suerte de historias que advierten lo absurdo de lo cotidiano: el robo en un bus de servicio público; la relación con los vecinos, donde nunca falta ni sobra un asesino potencial; el partido de fútbol, el que se juega y el que no se puede jugar; anécdotas que bien podrían ser el inventario biográfico en desorden de un abuelo enigmático y creativo."

Fragmento del prólogo, en contraportada, por Mauricio Vanegas, Escritor y lector.