Reseña

Los juicios de residencias constituían un momento de tensión, de expectativa social, en los lugares en donde se adelantaban, allí en donde el funcionario había ocupado el empleo; y debía residir en el sitio mientras se llevaba a cabo el proceso, regularmente quien fungía como juez era el funcionario entrante, en este caso don José María Mallarino y Vargas quien entraba a ocupar el cargo de Teniente gobernador de la provincia de Nóvita, una de las del Chocó. En la Nueva Granada fueron muy sonados los juicios contra don Vasco Núñez de Balboa, Pedro de Heredia, los virreyes José Solís y Folch de Cardona y Pedro Messias de la Cerda; en la provincia de Nóvita también se había llevado a cabo un juicio de residencia en 1597 en contra de don Melchor Velásquez, fundador de la ciudad de Toro. Es decir, estos casos no eran nuevos en los procedimientos judiciales de la Corona. El juicio de residencia contra don Ignacio de Mosquera tenía algo único, particular, que lo hacía extraordinario porque era la primera vez, que tengamos conocimiento, que en la Nueva Granada se adelantaba este procedimiento contra un funcionario Real, no por malversación de fondos, sino por amancebamiento y concubinato escandaloso con una mujer negra, o tal vez varias mujeres negras, esclavizadas y libres.