Reseña

Es agradable sumergirse en recuerdos ajenos cuando son compartidos de modo tranquilo y honesto, como en efecto hace mi amigo Guillermo Vargas en este libro, testimonio del paso por el servicio militar obligatorio en la península del Sinaí a principios de los años ochenta, una experiencia con visos de misterio para quienes ni siquiera prestamos lo que se llamaba “el servicio” (en mi caso por una condición médica insoslayable). Igualmente debe resultar valioso para los jóvenes actuales saber lo que podía suceder en otra ápoca de la historia de Colombia cuando se ingresaba temporalmente a filas, aunque no se pueda negar que otros muchachos pudieron vivir situaciones bien diferentes y quizás dramáticas. Como sea, son los pequeños momentos que se juntan los que forman historias personales, como los que aquí nos relatan diferentes manos bajo el hilo de las vivencias de Guillermo. Por mi parte, invito a leer el libro, que para mí ha estado lleno de sorpresas aunque conozco a varias de las personas de las que pasan por ahí. Que cada uno examine todo y que se quede con lo bueno, como enseña san Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses, porque siempre hay grandes aprendizajes donde uno menos espera. Pedro Nel Rueda Garcés