Reseña

Hubo un tiempo en mi vida en el que, sin darme cuenta, ya no estaba viviendo, solo existía. Me convertí en una sombra de mí mismo, atrapado en un laberinto mental donde cada pensamiento era un eco de desesperanza. No era solo tristeza, ni siquiera dolor, era la ausencia de todo. Un suicidio mental que me desconectó del mundo, de las personas que amaba y, sobre todo, de mí.
Pero en ese abismo, en esa nada, encontré algo. Un instante, una chispa, una pequeña grieta en la oscuridad que me hizo preguntarme: ¿y si hay otra manera? No fue fácil, pero entendí que para salir de ahí no necesitaba solo fuerza, sino nuevas herramientas, estrategias y una manera diferente de ver la vida. Aprendí a reconstruirme, a desafiar cada pensamiento que me anclaba, a crear técnicas que me ayudaran a reencontrarme con la luz.
Hoy no vivo con miedo a la oscuridad, porque sé que ya estuve ahí y encontré la forma de salir. Ahora, cada paso que doy es con propósito, con la certeza de que nadie debería morir en vida y con el compromiso de compartir lo que descubrí con aquellos que, como yo, alguna vez sintieron que ya no había más caminos. Porque siempre los hay. Y porque aún en la nada, aún en el vacío más profundo, se puede volver a empezar.