Reseña

espués de haber cautivado con Los diletantes, Jesús Manuel Paternina nos entrega La vida tiene que ser más, una novela que se despliega con una prosa íntima y cercana, revelando los pliegues cotidianos de una familia contemporánea. Con una mirada aguda y conmovedora, el autor nos sumerge en las tensiones y afectos que sostienen y desafían la vida en común, explorando el anhelo de plenitud en medio de la rutina.

La historia se construye alrededor de un padre que enfrenta el peso de la jubilación forzada, una madre que cuestiona el papel que ha desempeñado en el hogar y unos hijos que buscan su propia identidad en un mundo que nunca se detiene. A través de una estructura en movimiento, que transita entre personajes y momentos, Paternina dibuja un retrato de la vida familiar donde el destino parece estar trazado, pero nunca del todo definido. Porque siempre hay margen para decidir, para cambiar, para reescribir la propia historia.

Como lo señala la poeta Luz Mary Giraldo en su prólogo: "La vida tiene que ser más lleva a pensar en qué sentido tiene todo lo que resulta tan tranquilo y tan seguro, cuánta carga de renuncia e infelicidad se alberga, cómo salir del sitio de confort". Con una novela dentro de la novela, referencias literarias y una exploración constante entre realidad y ficción, esta obra nos interpela sobre la libertad, la construcción de la identidad y el incesante deseo de que la vida sea algo más.