Reseña

En cada una de estas páginas están plasmadas la pasión por el fútbol, por la pedagogía y la didáctica. Solo aquellos que conocen la sensación de alcanzar una meta o un sueño, o que experimentan el aprendizaje tras miles de intentos fallidos, aquellos que perseveran en la orientación, acompañamiento y motivación en la consecución de un objetivo, que para algunos resulta complicado o imposible de alcanzar y es mejor no intentarlo, experimentan la verdadera satisfacción. A pesar de ser temporal, esas emociones que se experimentan en esos instantes, son las que encienden el espíritu competitivo porque una vez que vives esa experiencia, en cuestión de tiempo, fijas objetivos, metas y sueños más grandes para volverlo a sentir.

Este libro está dirigido a jugadores de fútbol amateurs o profesionales, entrenadores de deporte formativo o profesional, fundamentadores técnicos, y a los amantes del arte, la elegancia y el estilo en el espectáculo deportivo.

Si eres jugador, debes creer y convencerte que al poner en práctica lo aprendido en estas páginas, vas a lograr convertirte en amo indiscutible del balón, es decir, que obtendrás dominio y control absoluto sobre la “caprichosa”. De igual forma, debes comprometerte a marcar siempre la diferencia, debes pensar sin límites, debes mentalizarte de que todo es posible, pero sobre todo debes amar con gran pasión el juego del fútbol.

Por otra parte, si eres entrenador, encontrarás un método más de enseñanza para que tus deportistas aprendan a aprender y logres obtener los mejores resultados en sus esfuerzos. Recuerda que el deportista siempre tendrá algo que mejorar, nunca es tarde para aprender algo nuevo, sin importar que se encuentre en la meca del éxito.

Finalmente, las ventajas de desarrollar la metacognición no solo se verán reflejadas en el contexto deportivo, sus beneficios son tan grandes que una vez ejerzas control sobre las cualidades cognitivas con las que aprendes, podrás aplicarla en el colegio, la universidad, el trabajo, la familia y en cualquier ámbito de la vida.

Jürgen Heinrich Heilbron Barraza