Reseña

Historias de las piedras resulta una lectura agradable y con sorpresas gracias a la manera en que realiza ficciones sobre objetos cotidianos: las piedras. Del mismo modo en que Borges o Bolaño recrea historias famosas o infames (véase Historia universal de la infamia o Literatura nazi en América), la autora enriquece nuestra relación con los minerales preciosos o semipreciosos que enlista. Este dispositivo resulta muy útil para entender la complejidad de hechos sociales de distintas culturas. Al contar la historia de diferentes piedras, también se cuentan historias de distintos pueblos y territorios, se entiende la relación que una “simple” piedra tiene con los entramados sociales. Esto hace que el texto derive continuamente de la ficción a la historia, de modo que la experiencia de lectura es estimulante y anima la curiosidad, nos incita a la profundización. Para el lector esta colección de relatos hace de retablo de culturas y tradiciones, de mitos. La relación que construye un pueblo con sus territorios y sus narraciones son una gran herramienta didáctica, no solo en términos historiográficos, sino también en términos sociológicos y antropológicos. Además de este potencial como lectura para iniciar el gusto por la ficción literaria, los relatos y mitos tienen una dimensión moral y ética muy provechosa. Este aspecto resulta también indispensable para textos literarios dirigidos a un público adolescente, que está encontrando una forma más directa de relación con el mundo y busca, generalmente, construir sus propios esquemas de comportamiento.