Reseña

Con “La tristeza del astronauta”, David Roa propone hacer un viaje a nosotros mismos, a las grietas de nuestro propio ser. Las palabras en este poemario son la piel de quien nos acompaña y el vehículo de ese viaje, palabras a las que nos entregamos sin dudar con tal de ver que hay más allá en esa travesía hacia las entrañas. Un camino que todos queremos andar, pero no nos atrevemos a reconocer. “…me tratan como a un desconocido/ que vuelve después de un viaje/ del que no se habla”.