Reseña

Tras pasar importantes años de su vida presenciando y protagonizando grandes capítulos de la violencia colombiana, Al Marín ahora quiere dedicarse al silencioso y tranquilo oficio de la escritura y librar, desde ahora, la que será su batalla definitiva: el solitario enfrentamiento con la imaginación y la memoria.
Esta novela tiene una buena dosis de ambas: de imaginación, encarnada en las ranas que producen muerte y delirio sexual y en el libro dorado, un objeto que alimenta la trama, y de memoria, porque algunos pasajes fueron construidos desde la propia experiencia vivida en distintos momentos y parajes de la geografía colombiana y, principalmente, en dos prodigios naturales del departamento de Antioquia, a saber: la montañosa zona de Urrao, en la cordillera andina, y la selvática región de Urabá.