El Camino del Cambio Avances y tropiezos de la paz, los derechos y la democracia Segundo año del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez
Autores: | Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo Coordinación Colombia Europa Estados Unidos Alianza de Organizaciones Sociales y Afines Rodríguez Bonilla, Aura Elizabeth |
Este Informe sobre el segundo año de gobierno, parte de la constatación del potente giro de las propuestas políticas de protección y defensa de los derechos humanos que ha impulsado el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez; y al mismo tiempo, de lo contradictorio de la dramática situación de estos derechos en el país durante los últimos dos años.
El Informe anterior, titulado “El laberinto del cambio. Derechos humanos, paz y democracia. Un año de avances y desafíos”, tomó como punto de partida las tensiones heredadas de los anteriores períodos presidenciales (“una deuda social acumulada”, y las “narrativas y realidades sobre las políticas de derechos humanos”), las cuales signaron la realidad que aquí se describe con base en una combinación de información y de elementos de análisis de la actual situación nacional, cada vez más compleja e intrincada a causa de las lógicas perversas de la oposición política y social al gobierno, cuyos términos ya empezaban el año anterior a aflorar desde las estructuras históricas objetos de las propuestas de cambio.
En este libro se presentan cuatro secciones de ensayos priorizadas y ordenadas a partir de esa enorme tensión, a saber: La política social; El derecho a la vida; Las regiones urgen un cambio; y Los otros poderes del Estado, los derechos humanos y el cambio; seguidos de un artículo analítico sobre las conclusiones que arrojan los informes sectoriales, y de un capítulo con Recomendaciones. Al final, a manera de colofón, se presenta un texto sobre los movimientos sociales y los derechos humanos.
En la primera sección, referida a la política social, se incluyen dos ensayos iniciales sobre las aspiraciones estratégicas del Plan de Desarrollo, configurado más en la lógica de una plataforma de protección y defensa de los derechos humanos, antes que en la del desarrollo como tal, eje de los Planes de los gobiernos anteriores desde que este instrumento de planeación se instituyó hace más de medio siglo; y la lucha contra la pobreza, de notorios avances durante el segundo año de gobierno. Seguidos de ensayos sobre el derecho a la salud, cuya reforma ha ocupado gran parte del escenario del debate nacional, y por ello titulado “más obstáculos que avances”; los derechos de las mujeres, y de la población LGBTIQ+; el impacto de las políticas gubernamentales en el Pueblo Afrocolombiano; el derecho al agua y un análisis sobre la crisis climática, la transición energética y el extractivismo.
En la segunda parte, sobre el derecho a la vida, se revisa la propuesta de paz total, con sus rezagos, atrasos y posibles avances; la situación de las personas defensoras de derechos humanos; y las disputas por el control de la seguridad de las comunidades y los territorios.
La tercera parte, referida a las regiones, incluye artículos sobre la niñez y la juventud rezagada del Cauca en medio de las acciones de los grupos armados y la ineficiencia del Estado; la situación de los derechos humanos en la región de la costa Pacífica colombiana; la participación en la creación de garantías para liderar los derechos y la paz; las tensiones territoriales en la Región Caribe; el derecho ancestral étnico sobre la Isla Gorgona; y una crónica sobre el Tapón del Darién subtitulada “Los sueños migratorios y las sombras de la explotación”.
Y la cuarta sección, Los otros poderes del Estado, los derechos humanos y el cambio, está centrada en cuatro aspectos de ese tema crucial en el presente y el futuro de los derechos humanos en el país: Los desafíos y expectativas en torno a la gestión de la nueva Fiscal General de la Nación; el Balance de la gestión legislativa del Congreso de la República; una revisión sobre los actos adversos de la Cortes Constitucional y del Consejo de Estado ante las acciones de reforma y atención a las emergencias sociales, que van más allá de lo estrictamente jurídico y se han proyectado con evidente politización; el estado de la reparación integral a las víctimas del conflicto armado; y el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición en tiempos del cambio.
De modo general, una primera conclusión del balance de este segundo año de Gobierno es el de la vigencia de una férrea oposición a sus políticas protectoras de los derechos humanos, por parte de un amplio sector dominante del establecimiento, que se resiste a renunciar a sus históricos privilegios, y procura la continuidad de la violencia como forma de mantener sus designios de acumulación económica y ejercicio autoritario y excluyente del poder político.
Lo cual se correlaciona con otro aspecto que resulta decisivo en el panorama del estado de dichos derechos: la situación nacional se hace más compleja e intrincada por efecto de las actuales dinámicas mundiales que determinan y se expresan directamente en el país, especialmente en el curso de los conflictos armados y en los dilemas del desarrollo nacional, como podrá verse en lo contemplado en los ensayos sobre la paz, y sobre el cambio climático y los retos de la transición energética. Ello se suma a los nudos históricos de la dominación en el régimen político nacional, cuyos factores de combinación de violencia y desarrollo se han complementado con el conjunto de prejuicios del neoliberalismo que limitan el necesario intervencionismo del Estado, ahora imbricados con el despliegue político y cultural de la discriminación, el clasismo y el odio a la pobreza como dimensiones centrales de las resistencias al cambio.
Todo ello, como se podrá ver en estos ensayos, impone la continuidad de la incertidumbre en torno a lo anunciado en el epígrafe del anterior informe: “Noche y laberinto quizás estén hechos de la misma materia; en la noche veremos claro, y en el laberinto encontraremos la ruta”.
Quizás allí se encuentre el sentido profundo de este informe, revelador de esos problemas y obstáculos, pero optimista a pesar de todo, en tanto mantiene la esperanza como principio del cambio, dentro de los consistentes pasos que ha dado el país durante el segundo año de gobierno. Se trata de dos hechos históricos difícilmente controvertibles: primero, las agendas de las políticas públicas por primera vez están siendo impuestas en el debate político nacional en torno a los derechos humanos, e impulsadas por una izquierda en proceso de renovación lento pero evidente; y segundo, los profundos cambios sociales que se empezaron a expresar a partir del estallido social de hace algunos años, tales como los notables relevos generacionales en las élites políticas nacionales, y de modo especial en las de la izquierda y de los movimientos sociales; y los innegables avances nacionales en torno a la verdad de la enorme tragedia violatoria de los derechos humanos, acaecida en el país durante los años anteriores.