Reseña

Hablar de la historia de Barranquilla es también hablar de la historia de sus personajes y de sus costumbres, por lo tanto, no podíamos dejar a un lado los orígenes de algunos términos tales como “gordolobo”, palabra que el ingenio popular inventó, por asociación de ideas, del hecho de envasar licor adulterado en la botella de ginebra Gordon, la cual tiene un lobo en su etiqueta y que era la bebida “in” de la época.

La palabra “numerito” tuvo sus orígenes en las placas numeradas que se usaban prendidas en lugar visible de los disfraces del carnaval, y que eran de obligado porte y de riguroso registro bien ante autoridad competente o bien en el libro que, para tal efecto, llevaba la casa de alquiler de estos. Como es de esperarse, estos últimos eran los preferidos de quienes no deseaban ser identificados y, por lo general, eran conseguidos en lugares bien distantes a los de su normal concurrencia.

Otro término muy de moda en nuestra Arenosa es la palabra “checa” que tuvo su origen en las tapas de las botellas que llegaban a la ciudad y que eran coleccionadas, como elementos de juego, por la muchachada. Entre esas tapas llegaron unas de singular presentación que fueron las más apetecidas y que venían de la república Checa, por lo que fueron identificadas con dicho nombre, término que se generalizó para el resto de las tapillas que llegaron a la ciudad y que fue el elemento base del delicioso juego de la “chequita”.

Luigi Salemi Nieto