Reseña

El inicio de este libro comienza con cualquier historia y termina con cualquier otra. Cada una es imagen y semejanza de ese otro yo que se adelantó en el tiempo y que fue dejándome las experiencias necesarias para convertirme en un buscador, en un errante o mejor, en un ser humano. Diario de un buscador de sí mismo, narra el viaje que realicé a mis profundidades y a través de todo lo que me conforma, devolviéndome esa mirada de mi propia naturaleza que siempre estuvo marcada por mi propia conquista, recordándome que el viaje hacia el autodescubrimiento es, en sí mismo, una aventura digna de ser vivida y recorrida y el más grande de los tesoros.
En este punto, hay un encuentro con ese ser humano que conecta con su centro y sus centros y que por eso, tiene la capacidad de hablar de la alegría desde la tristeza o del gozo desde el más profundo desencanto. Eso me lleva a sentir que tengo la idoneidad para hablar desde todas las facetas propias de ese ser humano que me conforman, que me constituyen y que son mis propias verdades descubiertas a lo largo del camino de vida, que siempre estuvieron marcadas con una potencia inusitada, por esa búsqueda espiritual y que estuvieron dictaminadas por ser y estar en este mundo, y marcadas en un ritmo constante por la palabra.
En este sentido, a través de exploraciones profundas y experiencias transformadoras, logré atravesar centenares de capas, en un proceso de constante confrontación, donde ese otro me entregaba su conocimiento y la información necesaria para detonar mis fronteras y expandirlas. Es por eso que Diario de un buscador de sí mismo, es un libro que está conformado por las historias que me llevaron a encontrar el silencio, mi lugar en el mundo, mi destino, mi razón de ser y el sentido de la vida, el que muchas veces perdí y que otras tantas hallé. Finalmente, Diario de un buscador de sí mismo es una apología al encuentro.