Reseña

Este libro trata de entender qué tienen por contarnos y qué se llevaron las mujeres y los hombres que practicaron magia en nuestro mundo hasta hace no mucho tiempo; desde Alquimia hasta medicina con plantas; desde la protección del Grial hasta las revelaciones filosóficas y astronómicas más escandalosas.
Hombres que estudiaron el perfeccionamiento espiritual junto a una seria experimentación en laboratorio, pero después, poderes eclesiásticos y políticos, al lado de embaucadores, los desvirtuaron y avergonzaron en frente de multitudes temerosas y adoctrinadas. Los disminuyeron tan rápido que su marginación fue imparable. El auge de los nuevos saberes obligó a los antiguos a retroceder.
Los hombres persistentes fueron quemados, exiliados y silenciados en nombre de los dioses. Así que para no seguir corriendo con esa suerte, las artes madres de todas las otras, se separaron de nuestra línea en el tiempo y se marcharon a tierras tranquilas, las llamaron Tierras Altas de Manila.
Un mundo que aún hoy, los contiene a todos: brujas, cátaros, esenios, laicos, magos, filósofos, eruditos. Allí las ciencias antiguas, continúan existiendo y escudriñan, sin descanso, a espíritus insatisfechos en búsqueda de su propio camino hacia la Verdad. Los libros de Alejandría no se quemaron, aún viven intactos en esa Tierra, y sus hojas, hoy más que nunca, braman por narrar lo que antes les callaron.