Reseña

¿Y si tuviéramos la suerte de viajar gracias a un diccionario? Pues este nos lleva a explorar Carúpano, una ciudad del estado Sucre en Venezuela, bañada por la luz inagotable del mar Caribe. La creatividad lingüística de sus pobladores los hace merecedores de un inventario propio. En sus voces está presente una efervescencia asumida con jocosidad y determinación. No hay alegría ni infortunio en la naturaleza humana que escape a la fluidez oratoria que los caracteriza. Son vivos ejemplos de las aventuras del castellano a lo largo de su historia.

“-Y Charaquito se dio un cipotazo con la puerta cuando se puso a chucar al perro. Después agarró la china y una picha y se fue a cazar guaripetes. Ese carajito anda como espalometao. Aunque a veces se pone latoso. Por cierto, cuando regrese le diré que baje los petates del soberao”.

Las páginas de Dicho en carupanero nos encaminan por las calles de aquella ciudad, abren dimensiones en las que podemos participar en los diálogos de su gente, escuchar sus lamentos y risas y, quién sabe, sentarnos al lado de alguno de ellos para que suenen las historias de su infancia en los ecos de nuestra imaginación.