Reseña

Nunca me imaginé en mi vida, ser llamado para prologar una obra literaria. Es un tremendo honor e igualmente una gran responsabilidad. El prologuista debe ser de la consideración del autor, ya sea por su conocimiento literario o ya sea por el sentimiento que lo une al autor. En este caso el honor y la responsabilidad es aún mayor, por cuanto la autora de este poemario es mi madre. Siempre conocí a mi madre como una mujer intelectualmente inquieta y sabía que ella escribía poemas desde joven, pero siempre los mantenía en secreto.
En estos poemas se muestra el alma en su forma más pura y vulnerable, cada palabra es un latido, cada verso es un suspiro, cada poema es un testimonio de un amor que arde con la intensidad del sol. Estos poemas plasman las emociones más profundas y los sueños más tiernos. En sus versos puedes tu lector encontrar la chispa que encienda tu propia pasión. Aquí puedes viajar por el sagrado territorio del amor, donde el tiempo se difumina y solo existe la felicidad de sentir y amar. Acá encontraras una mujer real, de carne y hueso, con mucho amor para dar en todo un abanico de colores y matices.
Considero que, por encima de la calidad de estos poemas, de su rima, de su métrica, del uso de figuras literarias y de otros cánones literarios tradicionales o clásicos, encontramos una autora, una poeta, con una gran profundidad, en lo que busca expresar. Ese inmenso e incesante sentimiento del amor en todas sus condiciones de mujer, esposa y madre. Aún sabiendo que mi madre escribía me sorprende la profundidad, sinceridad y la pasión telúrica con que expresa sus sentimientos a quien fuera su único y gran amor en toda su vida. He de reconocer que yo desconocía el alcance de ese gran amor porque en mi condición de hijo olvidaba que toda mujer además de ser madre y profesional es igualmente esposa y amante. Ustedes queridos lectores al leer este poemario, encontrarán los sentimientos de una mujer inteligente, amorosa, luchadora, excelente madre, una mujer que amó en la dimensión espiritual y material a mi padre AGUSTIN GÓMEZ GÓMEZ. Si bien no soy el ser más creyente de la vida más allá de la muerte, con estos poemas deseo con todo el corazón, que ese hecho sea cierto, con el único propósito de que su autora se reencuentre con su amor eterno en ese espacio inmaterial de la vida. Los invito entonces a disfrutar estos versos que hoy salen a la luz que estoy seguro les tocará su alma.