Reseña

El gesto desnudo presenta desde una perspectiva visual y testimonial los episodios más productivos y destacados de la vida y obra del pintor colombiano Guillermo Vélez Mejía.
Guillermo Vélez fue un pintor de un expresionismo íntimo y múltiple: expresionismo síquico sin equivoco, pensando en su época de psicólogo aprendiz durante nueve semestres, hasta la tarde final en que descubre su verdad del corazón más cercana a Miguel Ángel que a Freud.
Su trabajo artístico se movió por muchos lugares dentro y fuera de Colombia. Su oficio, o mejor, su vértigo de pintor está en una alternancia mimética con su existencia pintoresca: “Pintar para mí es un vicio, una narcomanía” decía, agregando también que le hubiese gustado ser cocinero porque no veía la diferencia entre pintar y cocinar.
Dejó por su paso innumerables pinturas hechas con distintas técnicas, las cuales dan cuenta de su pulsión creadora y su peculiar hiperactivo hipersensible. Y también dejó un archivo inmenso de cartas y diarios que ayudan a configurar el trasegar de un hombre en el que el acto creador: la pintura, la poesía, la cocina, la ciencia patafísca, es la vida misma.
En un recorrido investigativo durante cinco años tras los pasos de este pintor, por su archivo de cartas, diarios y obra, conociendo los lugares en donde él vivió, conversando con quienes lo conocieron, su autora, Catherine Rendón, recompone estas memorias para dar lugar a un libro que no sólo habla sobre la vida de un pintor y sobre su arte particular, sino que también, habla de todo acto de creación, inmerso en la patafísica, la ciencia de las soluciones imaginarias.