Reseña

Son siete cuentos. Y son, en efecto, para hundir un submarino. El libro no fue escrito por un poeta neonadaísta recién asesinado llamado Henry Alexander Gómez. No se burla bajo cuerda de los melodiosos nombres de sus personajes ni de lo que publican en redes. Los personajes no usan diversos tipos de armas de fuego o cortopunzantes, y jamás se beben un trago en bar alguno mientras truena lo más épico del rock y el metal. Cero drogas. Nunca filosofan, menos aún se desean, se aman o se odian. Nada de eso sucede, ni en la Bogotá real ni en la de las páginas que el lector ha de recorrer varias veces, pues una no basta. La misma realidad en la que colapsa, bien al fondo, un submarino llamado mundo cotidiano.
Son siete cuentos. Y están hechos para hundir de manera quirúrgica, aun que también experimental, exactamente ese jodido submarino.
Jairo Andrade