Reseña

Sutil, como una gota de lluvia en el aire antes de reventar en la tierra, lleno de la evocación que deja las cicatrices en los huesos, cargado con el relámpago que anticipa el poema, y también con la descarga, “Umbrales”, nos pone a cerrar los ojos para visualizar el verbo que se talla, la palabra que late, la música justa, el vacío que asciende o desciende en las espirales del viento, mientras “Hay geometría en la lengua que se nombra a sí misma”, en un universo, donde “A la escritura le corresponde / una geometría de los cuerpos / que se desnudan / y se aman / cuando la luz cae vertical / sobre la puerta de a casa” y de nuevo la nada vuelve a multiplicarse para desaparecer en aquel portal al que se entra gateando para “Caminar descalzo / sobre brazas encendidas / escuchar el sonido / del arco que se tensa”.