Reseña

“Dionicia se estaciona, regresa, evoca sensaciones y pasajes con el mismo asombro ante las pequeñas cosas que convierten su infancia, en un constante descubrimiento”
—Mary Grueso Romero


La poesía es un ritual casi religioso, en ocasiones mágico, enloquecedor, es un narcótico que vibra en cada ser. Ella no escoge persona alguna para desbordarse, simplemente llega como llegan las musas sin aviso, sin permiso; te penetran y te llevan a crear, claro está, que hay seres afanosos por la academia y quieren a toda costa inventar la poesía; a algunos les queda una construcción bien elaborada con excelente léxico y frases en ocasiones rebuscadas. Pero la verdadera poesía es aquella que te sale del alma, que con palabras cotidianas y las mismas letras del abecedario logran que el lector o el oyente formen imágenes al paso de la misma.