Un tesoro mis 540 notas gramaticales
Autor: | Vargas Vargas, Pedro Pablo |
Es un hecho plasmado de pura realidad, lo de que en
Colombia nuestro idioma se habla muy mal. Políticos,
presidentes de la república, gobernadores, alcaldes,
senadores, representantes, médicos, abogados,
ingenieros, odontólogos, economistas, docentes de
bachillerato y universitarios, periodistas, etc. con
algunas pocas excepciones, lo maltratan cuando, por
ejemplo, dicen: “Hacen treinta años”, “Habían fiestas en
Montería”, “adecúa,”, “motu propio”, “un acta” etc.,
también, al expresar frases simples, oraciones y
cláusulas, quebrantando el régimen, la construcción, la
concordancia y muchas otras cosas.
Es de conocimiento de los pocos que el mundo hoy se
preocupan por el destino de nuestro medio de
comunicación, que su gramática, verdadera creación
divina, es un sistema que se caracteriza porque en él
hay cosas buenas y cosas malas, siendo aquellas lo
correcto, y éstas los incorrecto, todas las cuales debe
conocer el hablante, sobre todo cuando se trata de
profesionales, para que pueda comportarse bien al
expresarse verbalmente o por escrito, según que la
persona o personas con quienes se comunica
pertenezcan al grupo campesino, al familiar o al culto.
Este trabajo de investigación tiene como objetivo
principal mostrar al lector, para que al hablar lo haga con
precisión y sin necesidad de tener que hacer ningún
esfuerzo mental, lo correcto y lo incorrecto en las
manifestaciones más comunes y corrientes de la vida
cotidiana. Por ejemplo: En un caso concreto el hablante
tiene duda respecto de si “presidenta” es o no correcto.
Lo único que tiene que hacer es ir al índice de esta obra,
buscar presidenta, y en la nota correspondiente verá
que el término presidenta si está admitido por la Real
Academia; y que, por lo tanto, es correcto, aunque
precisará que la máxima entidad rectora de nuestro
idioma también permite el género común: LA
PRESIDENTE.
Doy gracias a Dios y a la Universidad de Cartagena
porque, después de 57 años ininterrumpidos de
docencia en la Facultad de Derecho de esta alma máter,
se me concedió el disfrute de un año sabático, dentro del
cual pude escribir este librito que, para mí, es: UN
TESORO.