Reseña

Esta es la historia de la familia Bonanza y es también el relato de su mundo, Barrio Bomba, esa patria del corazón de muchos que es el viejo barrio y su mitología de seres terrestres y alucinantes. Un barrio vivo que irá cambiando con el paso del tiempo y las aventuras descabelladas de la familia Bonanza y sus vecinos. Un barrio en el que podemos reconocer al nuestro en más de una esquina.
Barrio Bomba es un espacio mundano, sentimental y a veces tierno, en donde aterriza gente desde todos los confines de la Tierra. Por sus calles desfila una multitud de gente crazy, soñadora, impredecible y eufórica, con muchos tornillos flojos que viven toda clase de aventuras disparatadas.
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Una novela que hace saltar los ojos por su lenguaje vigoroso y callejero. Es como si Tom Sawyer o el Lazarillo de Tormes estuvieran contando otra vez el mundo a través de una voz despreocupada que a veces se parece a la letanía de un drama queen de esquina en busca de atención.
Historias dentro de historias, con saltos inesperados, como la vida misma, heredera de la tradición de Scheherazade, mientras suena una banda sonora de salsa (dura y rosa), rock and roll, boleros, hip-hop, vallenatos viejos y esas canciones para planchar que han salvado más almas que mil iglesias. Con un ritmo y un lenguaje envolventes, J. J. Junieles explora en esta obra —y lo logra una vez más— los laberintos de la cotidianidad en los que la pobreza, la imaginación y la ternura brillan con el fulgor abreviado de lo que no logramos ver.
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Lectoras y lectores, tienen entre manos una novela de difícil clasificación, bizarra y llena de locura. Tierna, perturbadora y profunda, Barrio Bomba es un inventario de esos personajes que todos hemos conocido y no olvidaremos, un espejo de amores, alegrías y pequeñas desgracias que confirman a J. J. Junieles como uno de los nuestros.
Tal vez un día abandonamos el viejo barrio en busca de una mejor suerte, pero el barrio nunca nos abandona. Todavía lo llevamos a donde vayamos, entre pecho y espalda.