Historias guardadas
Autor: | Enciso, Wilson Rogelio |
Los Alarcón Rojas nacieron en las laderas del páramo. Allá se criaron, se conocieron, se amaron, trabajaron, sus hijos y sus respectivas aventuras tuvieron, frutos le sacaron al campo, fortuna hicieron y a su manera felices sí que fueron… hasta cuando llegaron a viejos. Entonces, sus herederos, tal vez para mejorarles la calidad de vida, o eso dijeron, a un caserón en las afueras de la gran ciudad los llevaron.
Tras morir el mayor de sus hijos: Leónidas, Manchas llegó. Este amigo amoroso y peludo, aparecido de la nada, vendría a ser, no solo depositario de las historias guardadas de cada uno de los viejos, sobre todo las de Tobías, también, su custodio fiel hasta cuando estos para el otro toldo se fueron.
Para entonces, el expresidente Uribia Morales le tenía precio a su cabeza por todo lo que en los medíos se decía que de él y de la historia patria escondida el minino sabía, según lo que el viejo Tobías en las entrevistas contó después del frustrado robo al caserón que, al parecer, la casi tullida octogenaria con un bate de goma evitó y a unos malandros a golpes molió.
Al quedar solo en el caserón Manchas desapareció y regresó a sus orígenes, donde la premonición paramuna en leyenda lo convirtió a la sazón de los versos de Predestinación.