Peter Pan ha muerto
Autor: | Rodríguez, Daggo Leopoldo |
La palabra cae en punta sobre abisales lagos de existencia, se rompe y astilla como la vida misma. En los versos aquí contenidos se alcanza a escuchar su vertiginosa caída, su fractura. Sin ninguna pretensión más que la expiación, Daggo Rodríguez es un ermitaño que va descalzo sobre los caminos espinosos de la vida, buscando, en los recovecos de la memoria, con cierto tono fúnebre, volver a su “país de nunca jamás”, a ese cálido vientre en el cual refugiarse.
Peter Pan ha Muerto, es un canto a lo visto y a lo que aún no se nos devela, a lo olvidado, a lo envejecido por el tiempo, “soldado de la existencia”, patrono del mal del hombre, de su eterno deceso. La muerte de la inocencia, desbordada en el dolor de crecer, de saberse solo, porque “crecer, es obligarnos a soltarnos,/ deshacernos del amor”.
Rodríguez en este libro se sumerge en la contemplación para elevar plegarias a los infames dioses que dan la espalda en su infinita soberbia, un poeta que discute con sus silencios, una súplica amarga y sobre todo sincera por escaparse o al menos, ocultarse de la implacable muerte, versos nacidos en la pérdida de fe, en la resignación de saber efímero todo cuánto se ama, pues “hasta el río en verano muere de sed.”
La reminiscencia de los días perdidos está labrada en este libro como en la memoria del tiempo, “el alquitrán de la nostalgia, prueba que hubo/ días, más allá de los días que he vivido” también arrasados por la muerte, dejando la ausencia como mortaja sobre el poeta. Adentrarse en este libro es sumergirse para no salir a flote.
Como la estela de una vela en la pupila, Peter Pan ha Muerto es un extenso campo donde trepida la nostalgia, la derrota de la vida, el llanto de un niño huérfano.