Reseña

Pases al vacío reúne treinta y cinco poemas escritos entre 2010 y 2022, y trece letras de canciones.
El poemario está dividido en tres partes.
«Borde interno» contiene poemas introspectivos, personales y reflexivos.
«Borde externo» nace desde los otros y para los otros, y tiene un sentido de agradecimiento profundo a seres que han ejercido sobre mí un gran magnetismo y una poderosa influencia.
Son poemas —según me dijo alguien—, sensoriales y contemplativos.
«Puntazos», en cambio, fue un dictado de una persona que ya no sé quién es ni dónde está.
Por último, «Penas máximas» contiene letras de canciones cuya escritura me sirvió para inspirar mi vida con una bocanada nueva de sentido, luego de vivir muchos años como un fantasma —empujado por una inercia aturdidora—, y sobre todo, para poder sobrellevar la muerte de mi perrita Bombón, con quien, como nunca, quise enterrarme. Andrés Correa, uno de mis héroes musicales y uno de mis pocos amigos, materializó el milagro de hacerlas canción y encarnarlas con su espíritu. Estas letras que tanto —si se quiere— se parecen a la poesía y tan poco a los poemas, son hallazgos poéticos de los que me siento muy orgulloso y feliz.
Así como algunos gestos se necesitan en el cuerpo, estas palabras urgen ser tocadas por ojos sin pantallas. Tengo la visión de su necesidad física de causar, al modo de los viejos pintores, una impresión. Es esta la razón por la que se imprime.
Y aun cuando no llegara nadie al pase o pudiera yo reducir mis palabras a nada, elijo otra vez comprenderlas, asirlas y amarlas por primera y última vez, aunque en el fondo sepa que no son más que vacío en el vacío; vacío dándose pases al vacío.