Reseña

Los Ayuntamientos constitucionales que trajeron al mundo político hispano las disposiciones de la primera constitución de la Nación española, obra de unas Cortes generales y extraordinarias que representaron tanto a los dominios peninsulares como americanos de la nueva monarquía constitucional, fueron la transición de los antiguos cabildos a los modernos cuerpos concejiles del orden republicano en Hispanoamérica. Las huestes de la conquista castellana de las Indias Occidentales “ganaron la tierra” con la instauración de cabildos “justicia y regimiento”, un régimen de administración de las ciudades y villas que no reconocía la división de poderes públicos pero que daba cierta dosis de autonomía política a los hidalgos idóneos para administrar las cosas públicas de las provincias.
Alcaldes ordinarios, regidores, alguaciles, alcaldes de la Santa Hermandad y alcaldes pedáneos, procuradores generales y administradores de los bienes públicos integraron esos primeros cabildos que hicieron posible la administración de las “repúblicas” provinciales en Hispanoamérica durante tres siglos. El movimiento revolucionario que comenzó en 1808 trajo las juntas de gobierno provincial, una innovación contaminada inicialmente de una representación de masas tumultuarias, hasta que la idea de los ayuntamientos constitucionales vino a imponer un nuevo orden legal.
El nuevo principio republicano de la división tripartita del poder público vino a limitar las funciones de los Concejos de los cantones a la dimensión representativa, separándolas de la función administrativa de los alcaldes parroquiales y de la función jurisdiccional de los jueces parroquiales. Surgió así, con las constitucionales nacionales republicanas, empezando con la aprobada en 1821 en la Villa del Rosario de Cúcuta, la institución de los cuerpos concejiles, hasta que la constitución de 1886 los generalizó como concejos municipales.
Tal es el tema de esta obra que el lector tiene en sus manos. La iniciativa de su escritura provino del presidente del Concejo del municipio de San José de Cúcuta para el año 2022, José Oliverio Castellanos Navarro, quien con sus colegas de la Mesa Directiva se propusieron realizar acciones conducentes a recuperar y reivindicar la imagen, la prestancia y la hidalguía de su corporación, mediante la recuperación y la divulgación de su historia y de su identidad. Fue así como gestionaron los servicios de un profesional especializado en la “preparación de insumos metodológicos y textuales sobre la investigación de su historia institucional”, que hiciera posible la presentación en sociedad de los textos e imágenes que dan cuenta del origen e instauración de la función concejil en los Valles de Cúcuta desde 1793, así como la evocación de los hechos y momentos más significativos a lo largo de sus 230 años de la vida institucional del Concejo Municipal de San José de Cúcuta.
La historia del Concejo Municipal de San José de Cúcuta es, en esencia, la historia de este poblamiento urbano. En esta pueden rastrearse muchas vidas dedicadas a la labor concejil, personas extraordinarias que lucharon por el bien común y la cosa pública de sus comunidades, que trabajaron con encomio, honor e interés ciudadano. Se ve en muchos de aquellos ciudadanos que tenían hidalguía y pundonor en el manejo de lo público. Hubo momentos históricos en los que el Concejo ejerció diversos roles en la administración de la municipalidad, de sus rentas, sus obras públicas y el desarrollo de la sociedad, el ornato público y el bienestar de sus ciudadanos.
Con esta obra se está invitando a pensar la institucionalidad del Concejo Municipal, a conocer cómo se ejercen sus facultades, cuál es el rol real que ejercen los concejales frente a la construcción de sociedad desde la cosa pública. Se suscitan elementos de reflexión en torno a la memoria y la documentación que produce la Corporación en el ejercicio de la función concejil, el valor para la historia de la ciudad en todos los tiempos. En este sentido, cabe también valorar el Concejo como actor político en su mayor o menor desempeño o protagonismo en los temas de ciudad como la cultura, las artes, la infraestructura y el ornato público, entre otras. En realidad, el Concejo Municipal a través de su historia ha ido mucho más allá de la aprobación de recursos al Ejecutivo, pues ha sido protagonista directo en el desarrollo de la ciudad y de su región.
Este es un relato histórico sobre la estructura y la función de una corporación local, agente de la formación de Estado en todas las épocas de su existencia, y desde 1821 de la construcción del cuerpo de ciudadanos que llamamos Nación colombiana. Se trata de la institución básica de la representación política de los ciudadanos, pues siempre fue un cuerpo electivo, así fuese por el sistema de cooptación anual de los antiguos cabildos. En este sentido, es una escuela de la democracia local, del interés por los asuntos de la cosa pública, dado que los cuerpos representativos de la Nación, en las dos cámaras legislativas nacionales, se ocupan de los intereses generales de la Nación. El cuidado de los intereses locales, cercanos a los vecindarios y a sus necesidades inmediatos, son el objeto propio de los Concejos municipales.
Esta obra es ejemplar para la historia de los cuerpos concejiles de las 1.123 entidades administrativas locales que integran el cuerpo político-administrativo de la Nación colombiana. Las nuevas historias que encarguen otros cuerpos concejiles tienen este espejo para mirarse y para compararse, dada la diversidad de los orígenes de los poblamientos urbanizados del país. Estas representaciones históricas de nuestra tradición política local son un mensaje de confianza en nuestro futuro, como democracia y como nación de ciudadanos, pues nos reafirma en nuestro destino de integración política y de deliberación pacífica y civilizada, ajeno a los instrumentos de los minúsculos grupos que ejercitan instrumentos de violencia.