Reseña

El sabor del aguardiente cuando baja por la garganta, un ardor de cloro en los ojos y el olor en el aire de la vida yéndose. El marrano es un hogar enterrado en el pecho que se abre paso mientras la in- fancia profunda despierta con el sonido de la música decembrina. La muerte es el órgano de la memoria en esta historia poética, el lugar del corazón en donde la piscina —que es un mar gigan- te—, las canciones de amor —que son alas de azulejos—, y las groserías —que concilian el sueño— son pequeñas partes de la melancolía. El marrano es, en realidad, un recuerdo de todos.
Bianca Febbraio
El marrano es un libro que es un estallido y se lleva a todos lo vivos y lectores en un huracán. Es una algarabía. Un inmenso deseo. Es un rezo. Lo que viene después de El himno al sol de José Manuel Arango. Un marrano descuartizado, potente, to- davía vivo, pletórico, que se exitende en los orgános de quienes se lo comen. Esta obra es caníbal y voraz y triste. Es la cele- bración posible. Es el animal que, con su vida, alarga la de los demás y cuya sangre no cabe en tantos cubos. Demasiada san- gre para un solo cuerpo. Este libro también narra la tristeza del amor, un niño triste y atravesado de amor.
María Paz Guerrero.