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ISBN 978-958-49-8158-5

Duelos
Con y/o sin razón

Autor:Nieves Herrera, Juvenal
Editorial:Nieves Herrera, Juvenal
Materia:001.4 - Investigación
Clasificación Thema::J - Sociedad y ciencias sociales
Público objetivo:Adolescentes
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2022-11-30
Número de edición:1
Número de páginas:132
Tamaño:15x22cm.
Precio:$20.000
Encuadernación:Tapa dura o cartoné
Soporte:Impreso
Idioma:Español
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Reseña

DUELOS CON Y/O SIN RAZON

Los duelos que no son de ocurrencia reciente, se han presentado por diversas circunstancias a través de la historia en todas las esferas sociales, desde las de más baja estirpe, hasta las más encumbradas. Los amores o desamores, los desaires entre familias, las herencias que desequilibran lo dejado, los asuntos económicos, los negocios, las propiedades, los chismes, las intolerancias, las mujeres, o los hombres que llevan a retarse de un día para otro, de un espacio cerrado al abierto y público para trabarse en peleas físicas o mediante el uso de las armas blancas y de fuego o artefactos contundentes que dejan al final lesionados, heridos o muertos.
Duelos corrientes y constantes en los centros escolares donde un par de niños o niñas se convocan al patio o detrás del colegio para enfrentarse a puño limpio con la barra de compañeros que los anima, hasta que brote la sangre de las narices o la muchacha quede con un mechón de cabello en la mano como trofeo de exhibición.
No se quisiera contar, pero las situaciones ocurren y no se pueden tapar como se dice, el sol con las dos manos. Por la violencia, principalmente en las zonas rurales, aupada por gamonales o dirigentes políticos de los partidos enraizados en los mismos cueros de los habitantes a partir de falsos postulados, los campesinos caen en las provocaciones y retos que los enfrenta como irracionales con armas blancas, corto punzantes que de manera por demás espeluznante, se convierten en espadachines que sin mirar las consecuencias, llegan hasta matarse o dejar mal herido al contrincante.
En los rines de boxeo, desde tiempos remotos se han dirimido por fuerza bruta unas contiendas con el aplauso del benemérito público, quién esgrime la técnica y los escapes, como los directos puños al rostro del retador que en muchos casos ha causado la muerte o la incapacidad por lesiones cerebrales.
Los hombres provocan, inducen y entrenan animales para la riña o duelos a morir. Se tienen los casos de perros que los enfrentan en redondeles y la gritería de los asistentes, estimula el instinto agresivo que les permite destrozar al contendor de la misma raza.
Los gallos, aves de corto vuelo (que animan el gallinero) de caminar elegante cuando cortejan a sus gallinas. Esos son inofensivos, alegres con sus cantos al amanecer y vistosos en los corrales de las casas campesinas. Pero existen otras especies con la genética desordenada que los levanta para pelear con los antagónicos. Los cuidadores, desde muy polluelos los van preparando para participar en las cuerdas que en los pueblos se acondicionan para gozarse la picoteada conjunta. Y entre más gallos participantes, mejor es la pendencia. Les pelan el cuello y las patas desde los muslos, les calzan espuelas, los alimentan con sangre de los gallos que pelearon, los embriagan con brandy y los entrenan constantemente hasta que un domingo de esos, se invita por altoparlantes a la gallera que se convierte en todo un santoral. Vienen las apuestas al gallo giro, contra el cenizo. Se mueven cientos de miles de pesos con el descuento del garitero que paga al final de la reyerta. Se da el caso, que uno de los gallos sale victorioso después de enterrarle las espuelas por diferentes lugares del pelado cuerpo y en otros, uno de los gallos no resiste y sale corriendo con la silbatina profunda del público y el desaliento del dueño del animal. El duelo entonces a muerte y, a la carrera despavorida por defensa inconsciente a la misma muerte. No falta que en ciertos casos, los dueños de los gallos se enfrentan a golpetazos para resarcir la pérdida o ganancia de uno y otro.
Pero una de las razones que persigue la confrontación entre contendientes, es el menoscabo del honor, de su nombre, de la familia que enfurece hasta el más tímido de los humanos.
En los tapetes de los mismos pueblos, se han reglamentado los procesos duelistas, donde los intervinientes, si sobrevivían al enfrentamiento, no quedaran en deudas con los familiares del afectado por el reto.
“Los "códigos de honor" señalaban que para que hubiera duelo se necesitaban algunas condiciones básicas: una injuria u ofensa al honor o a la dignidad. La ofensa podía ser de palabra o de obra; y aunque en teoría debía ser grave, su valoración fue subjetiva, pues en la práctica tendió a ser definida por el ofendido. Otra condición fue la calidad de caballero del autor de la ofensa, es decir, que la contienda fue un mecanismo ligado a las élites. Necesitaba también el duelo de padrinos, uno o dos por cada parte, quienes tenían la tarea de "pedir explicaciones", definir la magnitud de la ofensa e incluso evitar el duelo, elegir en ocasiones las armas, pactar las condiciones y, cuando no existieran testigos, examinar el terreno del duelo y velar por el cumplimiento de lo acordado.
Los duelos podían ser a sable, espada, pistola o revólver. Los duelos a pistola, los más usuales en el siglo XIX, tenían que hacerse a una distancia mínima de quince pasos y máxima de cincuenta. Los tiros no salidos se consideraban válidos, si así se pactaba en las condiciones. Había la obligación de auxiliar al herido, como la de levantar dos actas: la primera con el pacto de condiciones, y la segunda con el desarrollo y los resultados del duelo.” Ofensas al honor y duelos a muerte. Autor: Aguilera Peña, Mario

Con o sin razón, unos duelos ocurridos o pendientes que al final nadie sabrá el porqué de lo sucedido.
Juvenal Nieves Herrera
Autor

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