Reseña

Pajarera sin redes
Abrasado por el fuego, el incienso se transmuta en humo, aroma, quimera y asciende al firmamento como las almas a las estrellas. No es casual que la poeta Zingonia Zingone refiera la trágica leyenda de Leucótoe en La pajarera sin redes, su extenso y más reciente poema. Sus versos —precisos y preciosos—, rebaten que todo finalice con la muerte física y re-crea la ancestral disyuntiva humana colindante entre la duda y la fe al cruzar el umbral de la Eternidad, límite solo trascendido con la fuerza del amor. Así, separada de su materia, la esencia de Leucótoe se convierte en brote perfumado que arde despacio y asciende.
Con versos poblados de misticidad, unión inefable del alma con Dios por el amor, Zingonia devela su relación con el ser supremo del pluriverso; éxtasis y confidencias que trascienden ritos religiosos; ideales que remontan del barro a las estrellas, espíritus en libertad aspirando a vivir como los astros, libres en medio de lo que es sin fin… como sentenció en La canción del espacio Alfonso Cortés. Y para certificar su amor, Vendada de luz me dejo guiar / más allá de la cortina de incienso / entre las telarañas y las mitologías del azar / planto mi carpa en el límite / donde fe y duda colindan / los pájaros aletean y trinan / y el cielo se manifiesta…
Mario Urtecho