Reseña

Leer a Rosa Herrera Bossio es encontrarse con una mujer sin temor a expresar sus emociones y pensamientos, con la fuerza y vitalidad de un alma que se mantiene siempre joven y con la sensualidad que ella misma irradia. Para ella el lenguaje poético es como una nave que le permite viajar por diversas situaciones, panoramas y tiempos, con la habilidad de hacernos sentir ese viaje lo más natural posible, con sus metáforas y sus imágenes llenas de luz, colores y sombras, por donde fluye su voz femenina.

En su tercer libro “Del Dolor y del placer de estar vivos”, Rosa Herrera nos presenta sus heridas de mujer y de madre a través de un tríptico de poemas que fluctúan entre el amor y la muerte, entre el placer y el dolor; en fin, la pulsión de la vida misma. Sus textos tienen sonoridad y gracia, algunas pistas de su gusto por el cine, la historia, la filosofía y la literatura.

Esta vez la autora apunta sus dardos no solo al corazón sino también a la cabeza. Intenta introducirse en tu mente y quedarse ahí pernoctando, con su visión descarnada de lo que significa vivir con todas sus cargas, sus pasiones y sus abulias. Nos recuerda que somos creaturas tan vulnerables, pero con la resistencia de una piedra:

… “Un malhadado fósil,
arma latente y contundente,
materia prima de escultor.
Veo en esta piedra
ese extenso lienzo de posibilidades,
la violencia y el arte,
la oscuridad y la luz,
el pasado y un sinnúmero de presentes.
Posee la forma que le tocó en suerte
y se halla donde una fuerza extraña,
ajena a ella,
decida que deba estar”.



Adriana Acosta Álvarez
Escritora colombiana