Reseña

Es indudable que hay un secreto cariño por el poeta, una ansiedad por protegerse bajo la fuerza del poder espiritual. Porque la lectura, esa costumbre inmoderada, esa enfermedad monstruosa de nuestra época, no muestra sino el ansia general por el solaz de la poesía. Se me responderá que en ningún otro tiempo ha tenido la poesía un papel tan modesto como en el actual y que son de otro género muy diferente los libros que el público lee en realidad; que eso estaba bien en la época romántica, cuando el público se encantaba con «La Princesa de Cléves», y con «Werther», pero que eso no va con nuestra época en la que predomina la lectura del libro científico, de la enciclopedia, del tratado de mecánica y de todos los periódicos, en donde, en verdad, no hay lugar para la poesía; y finalmente se me dirá que no es sino entre mujeres y los niños que la poesía encuentra algunos lectores. J.B. intenta mostrar las cosas, no como aparecen superficialmente, sino como son en realidad.