Reseña

El páramo y las lagunas del territorio de Guasca fueron un centro cosmogónico para los pobladores nativos, los Muiscas. La fama de sus ceremonias aún perdura en la leyenda de “El Dorado” y la ceremonia del rito de “Correr la Tierra”. Nuestros antepasados tenían un sentido de veneración por los páramos, montañas y lagunas, que consideraban como lugares sagrados en los cuales se realizaban peregrinaciones y ofrendas a la madre naturaleza.

Este territorio se caracteriza por la riqueza de su biodiversidad y de su patrimonio cultural arqueológico representado en varios asentamientos prehispánicos en los valles de los ríos Chipatá, Siecha y Aves, o Cipesigua, donde se han encontrado evidencias arqueológicas como figuras de cerámica, oro, piedra y arte rupestre, que guardan secretos escondidos sobre nuestro pasado. Además, los cerros que circundan el territorio: Peña Negra (Sucunchoca), los picachos de Siecha y el Cerro del Águila (Chiquilanenga), fueron escenarios de ceremonias y ofrendas.

Al ocupar un territorio tan rico en su herencia prehispánica nos preguntamos: ¿Qué pasa con los objetos y evidencias arqueológicas que se han encontrado?, ¿quién se encargará de guardarlos y protegerlos? Para muchos, estas preocupaciones no tienen importancia alguna. Sin embargo, por más que el mundo con la modernidad y la tecnología vaya cambiando, esto no significa que el pasado deba olvidarse. Es necesario conservar, apropiar y resignificar estas evidencias arqueológicas dado que constituyen el legado que nuestros antepasados nos dejaron en el territorio.

Uno de los objetivos de este proyecto es aportar a la interpretación, conservación y divulgación del patrimonio cultural arqueológico del territorio de Guasca, con el fin de valorar lo que hicieron nuestros antepasados, rescatar prácticas, creencias y conocimientos ancestrales que hoy en día deben ser resignificados para encontrar un mejor vivir en armonía con la naturaleza, y convertir cerros, montañas y lagunas en lugares de identidad cultural, como ancestralmente lo fueron.

El lector podrá, a través de estas líneas, recorrer y conocer varios de los sitios y lagunas ceremoniales del páramo, cerros y piedras de Guasca, donde los Muiscas materializaban sus creencias espirituales asociadas con la naturaleza. Los sitios y las evidencias arqueológicas nos relatan hechos históricos que fueron parte de la vida diaria, los cuales hoy siguen formando la realidad del municipio, de la región y de nuestro país.

En estos sitios, y en muchos más alrededor del territorio de Guasca, existe un patrimonio natural compuesto de montañas, valles, serranías, cerros, bosques, ríos, flora, fauna; un territorio transformado que conforma un paisaje para conocer, contemplar, proteger y conservar. Esta biodiversidad y las evidencias arqueológicas son parte de nuestro patrimonio que hoy los intérpretes locales custodian y apropian por medio del ecoturismo como una estrategia para su preservación y conservación.