Reseña

En la poesía de Martha Cecilia Ortiz, gravitan varios líquidos poéticos que se lanzan vertiginosamente hacia una afluente única: el universo conquistado de una mujer que se hace río. Por un lado la poeta logra, a través de una poesía primitivista acercarse a sus orígenes: a la herencia afrocolombiana y al folklore de esa cultura que boga por sus venas. No obstante, también es la poeta que contempla la ciudad, el desarraigo y la orfandad que trae consigo el hecho de vivir entre la violencia de un país que trasiega por meandros repletos de sangre. Ortiz, no se deja amedrentar y consigue, con pasión, describir la denuncia que conlleva al ser humano a hermanarse con aquel que está vulnerable a los atropellos; barca indignada, su voz se precipita hacia una vertiginosa corriente de poemas desasosegados, pero orgullosos. Actitud que le permite en su último momento poético reconciliarse con el amor para lanzar poemas pequeños como guijarros que van saltando entre las aguas de su pasado hasta alcanzar la orilla.