Reseña

Hay que decir que, en el marco del debate actual en torno a la historia del conflicto armado en Colombia, esta publicación ofrece, al menos, tres aportes. El primero es que constituye un contraejemplo de la narrativa oficial que niega la existencia del conflicto en Colombia: los asesinatos, desapariciones, desplazamientos, violaciones, etc., que sufrieron los habitantes de Guamocó y sus diferentes veredas son prueba de ello. Estos operan como un contradiscurso que se niega a ser aplastado por un uso sesgado de la historiografía y la concomitante supresión de la memoria que comporta tal acto. Para decirlo de manera más categórica: la investigación, de la que es producto este libro, es una prueba empírica contra el negacionismo del conflicto, una falsación de la tesis que niega el conflicto armado en Colombia. El segundo aporte es que la investigación puede considerarse parte de la lucha política por la historia y la memoria, lo que implica una postura ética de los investigadores y de la universidad. Y, finalmente, un tercer aporte, es que la investigación muestra el papel positivo de la resistencia: las luces de esperanza y utopía que se cuelan por las grietas de la crueldad, la violencia y el sufrimiento.