Reseña

En este libro de poemas Esteban nos propone una mirada distinta del ser en Cartagena. Si en El retorno de las caracolas escuchábamos el pregón del poeta redescubriendo su ciudad natal, los lugares de la infancia y la juventud con los ojos del exiliado temprano del terruño; ahora, en este Duelo de pájaros nos enfrentamos al recorrido de la mirada del hombre que habita la ciudad sin el velo encantado del regreso. Ahora se revelan los espacios con los ojos cansados del poeta que quiere darle forma a la experiencia de la horrible noche que no cesa. Ahora, exploramos las llagas del pasado con el eco de los miedos, dudas y pérdidas del niño, el adolescente, el joven y el hombre con la voz lírica multiplicada entre sus versos. Ahora, se nos revela el secreto de la calle, su fuerza y su horror, a través de la contemplación que hace de sus congéneres menos favorecidos: el que no pide limosna, sino que cuida, el viejo que no aspira a otra pensión que la del final del día, la vendedora de las mañanas con todos los años encima, la nana silenciosa de los niños, el solitario que encuentra en la enfermedad compañía… Ahora, en este mundo, en este tiempo, volvemos a la búsqueda interior que continúa la pregunta íntima y distinta siempre de “quo vadis” … ¿puede el poeta eludir la pregunta por el ser que está siendo?, creo que como Sísifo no renuncia a su piedra, en Duelo de pájaros el poeta dispone el ajedrez de esta lucha con el lenguaje para dar forma a la experiencia y así lograr que surjan las palabras, los versos, el poema y en esa acción encuentra una vez más su camino a Roma.
Aleyda Gutiérrez Mavesoy