Reseña

A través del tiempo, el ser humano ha estado guiado por los preceptos de sus emociones para poder desenvolverse en diferentes campos; sin embargo, cabe resaltar que en cada etapa de la vida, la proyección de las emociones marca una tendencia a producir cambios en el ser humano, de manera positiva o negativa, y es por ello que, en el caso de los adolescentes, están caracterizados por un sentido voluble de las emociones, lo que lleva a que desarrollen una naturaleza explosiva, o en ciertos casos, depresiva.

A su vez, el desarrollo de las emociones en los adolescentes se encuentra determinado por el entorno social donde se establecen o interactúan, de tal modo que las emociones responden a estímulos del exterior, los cuales se incrementan con el acceso a la tecnología, como por ejemplo, el uso de las redes sociales, lo que propicia también la formación de tendencias y actitudes; todo ello da cabida para la consolidación de nuevas emociones, ya sea a través de una canción, imagen u otros conceptos, presentando influencias sobre las actitudes, conductas, así como la intervención de los procesos de aprendizaje que se llevarán a cabo.

De este modo, Mercader indica que los problemas emocionales en los adolescentes se deben en gran parte a tres factores: las conductas de riesgo, los conflictos familiares y la inestabilidad emocional, a este complejo escenario se suma la gran influencia que tienen la tecnología y los medios de comunicación, lo que ocasiona el desarrollo de trastornos en los adolescentes, siendo los más frecuentes la ansiedad, depresión, déficit de atención, hiperactividad, entre otros. En este sentido, es fundamental que el sistema educativo pueda establecer políticas referidas al desarrollo de la inteligencia o educación emocional, de tal modo que pueda contribuir con la mejoría de las capacidades y emociones de los estudiantes y, de esta manera, puedan enfrentarse a los retos que giran en torno a la etapa que atraviesan.

Por otra parte, la manera en la que los adolescentes expresan sus emociones se encuentra ligada a cómo son considerados para la sociedad, como sucede con los estudiantes, lo que conlleva a que la relación que se establece con los adultos sea distante, en la mayoría de los casos, contribuyendo aún más con la adopción de tendencias que influyen con la variabilidad de sus emociones, actitudes y comportamientos, dado que estos son individuos que se encuentran en una transición de la etapa de la juventud a la adultez, por lo que se genera una necesidad fundamental de que se conviertan en personas responsables desde su formación.

En este sentido, la educación es uno de los más grandes referentes que tienen los adolescentes, dado que pasan la mayor parte del tiempo dentro de las aulas escolares, lo que permitirá establecer su formación para el futuro, así como moldear sus actitudes, de tal modo que la educación se convierta en un pilar para su desenvolvimiento, donde el proceso de enseñanza-aprendizaje debe estar acorde con la etapa en la que se encuentran, considerando también los cambios que presentan a nivel físico y emocional.

Cabe destacar que una persona que tiene una buena formación emocional, manteniendo la estabilidad, tiene mayor tendencia a recibir el conocimiento de manera adecuada; por el contrario, los estudiantes que presentan emociones volubles se verán afectados, pues las emociones, como ya se mencionó, repercuten de forma notable sobre el proceso de aprendizaje de las personas.

De acuerdo con Hernández, los trastornos emocionales que presentan los seres humanos afectan la capacidad que estos tienen para lidiar con situaciones de la vida diaria, provocando dificultades sobre el pensamiento, conducta, sentimientos, relaciones interpersonales y con ello en el aprendizaje, en principio en el rendimiento académico de los individuos que son estudiantes.

Cabe mencionar también que las actitudes que presentan los adolescentes frente al proceso de aprendizaje están definidas como el comportamiento que llevan a cabo en el transcurso de su enseñanza, siendo este uno de los factores para establecer la calidad del conocimiento adquirido.

Por lo tanto, resulta fundamental realizar un estudio que analice y comprenda cómo se desarrolla la depresión en adolescentes y cómo influye sobre la actitud de los estudiantes frente al proceso de aprendizaje, de tal modo que esta investigación busca contribuir con el planteamiento de nuevas estrategias para enfrentar esta problemática, además de demostrar una mayor predisposición para adquirir conocimientos novedosos sobre el tema, así como para brindar las herramientas necesarias para el fortalecimiento de las emociones.