Reseña

La economía del país se vio afectada y por ende las empresas dejaron de contratar aprendices o suspendieron contratos de aprendizaje desde el mes de marzo de 2020 y cada vez este número fue creciendo, por esto nació el término Telepráctica, derivado de Tele (Telemáticas) y Práctica (a la etapa productiva), así como también el término Telepracticante,
que se le asigna a los aprendices que pueden hacer su práctica desde casa utilizando herramientas tecnológicas. Estas palabras hoy en día no existen en Colombia, dicha información es soportada ya que en las consultas que se hacen en internet conducen al área de la medicina, siendo este un gran avance para nuestro país queriendo
incorporar un término que vivimos, experimentamos, conocemos y hasta aprendimos a manejarlo, pero del cual aún no hay normatividad relacionada.
Como todo tiene ventajas y desventajas, este proceso no fue la excepción, pues se empezaron a identificar con el transcurso del tiempo, sin embargo, se trabajó para que los aprendices no quedaran a la deriva, sin desarrollar una de la etapa más relevante de su programa de formación, adquiriendo la experiencia que se requiere para la búsqueda de un trabajo.
Luego de más de un año y medio de una pandemia horrorosa, que nos robó familiares, nos acercó a la muerte y nos dejó marcados por el miedo, hoy en día el sector empresarial también cambió y exige flexibilidad en horarios, compromiso mutuo, confianza laboral,
ser tecnológicamente hábil y proactiva. La finalidad de este libro es orientar a la empresa, al aprendiz y al SENA, para la ejecución y seguimiento de la etapa productiva por medio de una Telepráctica, la cual genere beneficios y aporte para el desarrollo del país en materia educativa y laboral.