Reseña

Hay coros invisibles para el oído de los humanos, y hay momentos tan únicos que se dan al despertar por la mañana o en algún momento inolvidable e especial de nuestras vidas. En cualquier edad, en un corto rayo que atraviesa nuestro cielo. Es más allá de la imaginación, es directamente desde las altas glorias que cae sobre ti, sobre el camino que vas recorriendo paso a paso.

Mientras andas este camino sin saber el destino exacto que te llevará; te rodean los pájaros cantores y también los mensajeros, es allí donde la autora entre estas aves nos entrega un canto escrito, como legado para los futuros caminantes de la senda.

El consuelo espiritual se siente al abrir este libro, como una paraguas de colores que cambia al moverla y llevarla bajo las lluvias y sueños de Diana. Cuando ya cansado vayas, aparecerá la vertiente secreta, donde florecerás nuevamente para beber de los sorbos sublimes que te llevas a la boca, entre la sequedad del final del día, de la jornada, gustaremos hasta recuperarnos, como sensación de una siesta confiada; en el creador que nos regala un nuevo avivar. Diana aparece guiándonos en este transmutar a través de los versos y la palabra, donde esta se transforma en mensaje descifrado, a través de este compen-dio con mapas que nos indican que camino finalmente recorrer.

Al llegar al final del viaje nos invita a encontrarnos con los pilares poderosos y divinos que guían en conexión a su corazón, que se aligera en su pecho de mujer, de ser humano, que a golpes de amor, de ternura se le-vantan con las cruces del pasado, sólo para seguir nuevamente la trave-sía que nos llevará de la mano con la autora; a seguir caminando como peregrino con las sandalias del buen pastor, que busca con cada paso el poder llegar a ciudad escondida, mientras descubres entre los arbus-tos los frutos que sin egoísmo se transforman en nuevos libros brúju-las, para seguir nuestro día a día.

Diana, tus cantos son trinares que se unen con los pájaros cantantes y flautistas de la vertiente llamada poesía.


Alvaro San Martín Mera