Reseña

Este libro plantea una propuesta para estudiar el reciente desarrollo del derecho ambiental retomando a su vez una discusión clásica. La pretensión es provocadora. Acercar el derecho ambiental a la doctrina del iuspositivismo, y cuestionar las ideas imperantes en el constitucionalismo latinoamericano donde se busca tratar a la naturaleza como un sujeto de derechos, trasladando lo que se consideran yerros conceptuales que el iusnaturalismo racional le aplicó a los derecho humanos, y que ahora se repiten en los derechos de la naturaleza.
No se trata, sin embargo, de una mera entelequia erudita. Gran parte de la ineficacia del control a la crisis ambiental actual se puede explicar, en sentir del autor, en el armazón empleado por los ordenamientos jurídicos, los cuales se conforman con un derecho ambiental que apunta a los valores, pero no a los hechos, y que opera sólo como buenas intenciones sin capacidad de disuasión.
El derecho ambiental es una disciplina joven y su anatomía conceptual no tiene aún el recorrido de las otras ramas clásicas del derecho. Su desarrollo es hoy día tan celebrado como desatendido. Aquí entonces hay un intento por desmarcarse de la manada, y tratar de explicarlo desde la eterna discusión fundacional entre iusnaturalistas y iuspositivistas. Es también un pretexto entonces para volver a los eternos pulsos del pasado que siguen propiciando discusiones interminables y, por eso mismo, gratas para ser planteadas en cualquier tiempo.
El punto de partida es que el derecho ambiental no se puede explicar sólo desde el derecho; se trata de un saber de momentos meta jurídicos que requiere escudriñar las ancestrales conexiones con otros campos. En esa búsqueda se llega a preguntas por la misma bifurcación entre las ciencias sociales y las ciencias exactas.
Hablar de derecho ambiental, en la lógica de este trabajo, es también retomar las críticas a ciertos principios liberales, a los derechos humanos, al papel de los jueces en el derecho neoconstitucionalista de hoy, y al injusto olvido mantenido con algunos clásicos que siguen vigentes a pesar de la mordaza del presente. Es también apoyarse en la literatura, la filosofía y los cimientos de la ciencia.
Con todo, el contexto colombiano es el centro de las disertaciones. Pocos países brindan un ejemplo tal de exuberancia natural que genera enormes retos de gestión. Por lo cual hay también un recorrido por esa nación que tiene más geografía que historia, como lo afirmó alguna vez Hernando Gómez Buendía, que tiene tantas leyes y entidades encargadas como problemas ambientales sin resolver, y donde se alberga una descomunal diversidad natural y social que le da al mismo tiempo riqueza y caos.
Hablar de derecho ambiental es también, finalmente, preguntarse por qué puede ser ese país llamado Colombia, recorrer los casos emblemáticos de tratamiento jurídico a ese potencial natural sin igual en el mundo y su tradición ambientalista, claramente insuficiente pero rescatable como bastión de instituciones con mucho potencial aún sin aprovechar a plenitud.