El ladrón de fotografías
Autor: | Vásquez Sánchez, Leandro Alberto |
Colaboradores: | Vásquez Sánchez, Leandro Alberto (Coordinador Editorial) Areiza Serna, Laura (Director) Galeano H., Angel (Editor Literario) |
La obra trata los límites de la expresión humana. Se desarrolla en el universo barrial y sus entresijos, lugares en los que los propósitos expresivos de los personajes se ven truncados por la violencia. El barrio, la escuela, el hogar constituyen un sistema que se niega a dejarse contar, pues los métodos de coacción que utiliza quedarían en evidencia y se debilitarían. Los personajes han introyectado esos mecanismos y son participes de ellos, el arte parece ser el único medio para evidenciarlos.
El universo de estos cuentos es opresivo. Pero los personajes lo expresan de soslayo por miedo a caer víctima de los mismos mecanismos de coacción que pretenden evidenciar. Lo hacen acudiendo a la nostalgia por su origen. Pintan o cuentan el cielo, la montaña, representaciones de lo natural y lo cósmico, de un estado de mayor libertad. El exilio del origen rural de los protagonistas es una herida que se manifiesta en sus expresiones artísticas.
En este libro los personajes que se atreven a evidenciar los medios de control, deben hacerlo en diarios íntimos, utilizando figuras poéticas o lenguajes cifrados. El barrio, la institución educativa, el hogar lo que buscan es inculcar en los personajes los parámetros de un sistema de producción. Cuando los personajes no se acomodan a esas directrices son violentados. En Punto final, por ejemplo, un grupo de jóvenes se imponen con una fuerza capaz de avasallar y hasta eliminar al contrario. Aparece entonces la figura del maestro, quien está de acuerdo con su rebeldía, pero no quiere que se exprese mediante la violencia. Su búsqueda es inútil. A los muchachos sólo les interesa imponerse y si es necesario lo harán con las armas. Los propósitos del maestro sucumben a la violencia del Movimiento Estudiantil, un poder que en otras historias del libro es representado por el anciano sabio, el policía o el ladrón.