Reseña

Permanece tras la lectura de Muchedumbres un estado de contemplación o de espera para que todas las piezas cuadren. El estilo coral y la forma de ir desenredando las historias para cerrar una especie de collage en el que, si nos alejamos de la observación de sus teselas por separado y nos elevamos sobre el total de la obra, notamos que
hay un todo previsto y buscado por la voz narrativa, un todo que es difuso y que se extrae a la forma gestáltica de ese resultado que es más que la suma de las piezas por separado. Prevalece una sensación de resultado desdibujado pero con permanencia, como una especie de narración en la que hay que dejarse encontrar más que buscar el
hilo conductor que atraviese sus numerosas piezas.
El autor mezcla elementos que ya le hemos leído en otras de sus obras. La multiplicidad y brevedad de las piezas que componen esta obra hacen
que la variedad de temas y registros sea elevada y que se haga complicado destacar unas sobre otras.
Se adivinan destellos de literatura fantástica y futurista, de humor negro, de costumbrismo y crítica social, temas políticos y podríamos seguir nombrando temáticas más secundarias, el abanico es
amplio.