Reseña

Después de la independencia, Colombia vivió una serie de guerras civiles entre los partidos tradicionales durante el siglo XIX, cuyo sentido era consolidar el poder político de los nuevos gobernantes en la naciente república; esos conflictos generaron desplazamiento y pobreza en la población.
El siglo XX se inicia con la cruenta “Guerra de los mil días”, que dejó a la nación en ruinas, pobreza y desplazamiento. La violencia continúa con la “masacre de las bananeras”, la opresión de los campesinos y de los obreros, la lucha fratricida entre liberales y conservadores, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, todo ello ahoga a la nación en sangre. El consecuente surgimiento de bandas de asesinos que junto con organismos del Estado son autores de crímenes atroces, obliga a la población a desplazarse hacia las grandes ciudades formando los llamados cinturones miseria.
La violencia se recrudece en el gobierno del conservador Laureano Gómez, con el surgimiento de las guerrillas liberales y comunistas. Situación que se mantiene con la dictadura de Rojas Pinilla (1953-1957) y posteriormente, en el Frente Nacional y la aparición de las guerrillas izquierdistas simpatizantes de la revolución cubana: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC-EP- y el Ejército de Liberación Nacional ELN- junto con otros movimientos menores, asumieron la estrategia de la lucha armada como vía para alcanzar el poder. El Estado colombiano se apoya en el gobierno y fuerzas armadas estadounidenses para enfrentar y vencer a las guerrillas comunistas y la situación de violencia en el país, a la que ya se habían sumados otros actores como el narcotráfico y las bandas de autodefensas campesinas de derechas, organizadas y financiadas por ricos terratenientes, y con la inacción cómplice del gobierno nacional. Todos estos hechos generan más desplazamientos y concentración en las ciudades de personas que pierden su esencia de persona y que hay que reconstruir desde lo educativo y pedagógico.