Reseña

La Antártida, esa punta del mundo llena de misterios y de paisajes aún inexplorados, que se ha convertido en el lugar que todo el mundo desea conocer, fue la inspiración de tres grandes genios de la literatura que, sin planearlo, le entregaron al mundo la «Trilogía de la Antártida». Empezó con Edgar Alla Poe que le dio vida a su primera novela, «La narración de Arthur Gordon Pym» en 1838, nutriéndose de sus investigaciones sobre el mar y dotando a la historia de detalles presentes en sus cuentos. Años después, Julio Verne se dispuso a darle una continuación, un cierre, y darle otra oportunidad al héroe de Poe que había tenido un final tan incierto y había dejado a los lectores llenos de preguntas. En «La esfinge de los hielos» de 1897, Verne embarca en un viaje lleno de aventuras a los seguidores de Pym que, después de leer el manuscrito de Poe, están convencidos de que pueden seguirle los pasos a la goleta perdida y a sus tripulantes. Finalmente, en 1936, H.P. Lovecraft, gran admirador de Poe y de Verne, con «En las montañas de la locura» decide, sin dar continuación a la historia de Verne, sumergirse por completo en las profundidades de la Antártida y, consagrando su mundo lovecraftiano y el «Necronomicón», nos lleva por los rincones más oscuros de ese lugar anhelado por Pym y por los tripulantes que decidieron seguirlo en la novela de Verne. Como una oda al mar tormentoso y peligroso, pero más importante, a ese anhelo que es la Antártida, estos tres escritores tejieron estas historias, conectadas por el inconfundible canto «¡Tekeli-li! ¡Tekeli-li!» de las tribus aborígenes, y le entregaron al mundo una de las trilogías más importantes de la historia de la literatura.