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ISBN 978-958-49-2161-1

Juntanzas, Corazones y Narrativas Colectivas Antipatriarcales en Manizales

Autor:Patiño López, Jhoana Alexandra
Editorial:Patiño López, Johanna Alexandra
Materia:300 - Ciencias sociales
Clasificación Thema::JBFA - Discriminación social y justicia social
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2021-04-17
Número de edición:1
Tamaño:8.50Mb
Precio:$15.000
Soporte:Digital
Formato:Pdf/A (.pdf)
Idioma:Español / Castellano

Reseña

¿De qué se trata este libro?

De una apuesta por reconocer y difundir las experiencias, lenguajes, cuerpos, conocimientos, principios de acción y prácticas de agenciamiento de las y les protagonistas de diferentes procesos de organización, participación, cuidado-creación de la vida y vindicación de derechos de las mujeres y algunos disidentes sexuales en la ciudad de Manizales.

¿De dónde nace?

• De las conversas, experiencias y sueños compartidos en marchas, asambleas feministas, juntanzas, plantones, velatones, fiestas y ferias con otras mujeres y disidentes sexuales de la ciudad que coinciden en la necesidad y potencia de generar procesos y estrategias para reconocer, fortalecer y difundir nuestras formas de comprensión, acción y creación conjunta en torno a las violencias diversas que padecemos, y del feminicidio.
• De la propuesta de tesis doctoral Sentidos y agenciamientos de mujeres diversas, en torno a las violencias imbricadas que nos oprimen, y al feminicidio que nos asecha, realizada en el marco del doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud de la Universidad Manizales y el CINDE, como una apuesta de investigación feminista en clave decolonial-activista comprometida con denunciar, desestabilizar y transformar las prácticas extractivistas de investigación en las cuales las mujeres y disidentes sexuales son abordados como objetos de conocimiento e informantes pasivos que luego son descritos y explicados por los ‘expertos’ sin que tengan la posibilidad de ser reconocidos como coautores del conocimiento producido, ni como narradores de sus propias biografías e historias colectivas.

¿Qué queremos con estas narrativas colectivas?

• Reconocernos, nombrarnos y compartir los conocimientos y aprendizajes que hemos generado alrededor de nuestros propios procesos y búsquedas, mediante un ejercicio colectivo no extractivista que nos permitió volver juntas sobre nuestra propia historia y práctica colectiva, para problematizar y comprender nuestros contextos y procesos de configuración como redes, círculos o colectivas, nuestros horizontes de sentido y acción, nuestras prácticas y estrategias de lucha.
• Hacer visibles y audibles en un mismo nivel de legitimidad las presencias, apuestas, disputas y aportes de las diversas formas de organización y lucha que las mujeres, y de algunos disidentes sexuales en la vida de la ciudad, a partir de encuentros de las diferentes perspectivas políticas, sociales, culturales y afectivas desde las cuales agenciamos y damos forma a nuestras luchas.
• Invitar a otras colectivas, redes, círculos, fundaciones y parches de mujeres y disidentes sexuales de la ciudad a narrar y compartir sus experticias y aprendizajes; a articular rabias creativas y a fortalecer vínculos de confianza, reconocimiento, y a afianzar canales de comunicación que nos permitan trabajar conjuntamente en agendas sociales, políticas y académicas otras, para ayudar a exponer y derrotar el patriarcado que atraviesa la vida en la ciudad, mediante procesos y actividades que nos fortalezcan sin pretender sintetizarnos, representarnos, o unificarnos en un movimiento único.

¿Con quiénes se hizo este libro?

Con las mujeres y algunos disidentes sexuales integrantes de: Fortineras, Plataforma Feminista de Caldas, Circulo de Mujeres sin Miedo a Vivir Libre, Feminarias, Florescencia, Mujeres en Común, Experiencia Juventud Rebelde, Caldas, Bloque Feministas de Manizales y Red de Escritoras de Caldas.

¿Cómo lo hicimos?

En junio de 2019, en el marco de la investigación Sentidos y agenciamientos de mujeres diversas, en torno a las violencias imbricadas que nos oprimen, y al feminicidio que nos asecha, se realizó una convocatoria pública, vía redes sociales, dirigida a todas las organizaciones de mujeres, feministas y disidencias sexuales de la ciudad de Manizales, invitándolas a vincularse al trabajo de generar narrativas colectivas sobre los procesos y agenciamientos que adelantaban en sus organizaciones para hacer frente a las violencias machistas, transfóbicas, y al feminicidio. A esta convocatoria respondieron 13 colectivas, de las cuales cuatro de ellas se retiraron un tiempo después de iniciar el trabajo debido a problemas con el tiempo requerido para estar en el proceso.

Posteriormente a la convocatoria, iniciamos el trabajo a través de un proceso de seis encuentros presenciales y virtuales de dos horas de duración cada uno. Este proceso lo denominamos ciclos-latidos y lo realizamos entre agosto del 2019 y julio de 2020. En dichos espacios autoconvocados, dialogamos y acordamos los principios desde los cuales gestaríamos el proceso de narrarnos colectivamente.

Los principios acordados para este trabajo colectivo fueron:
• Somos sujetas sentipensantes, experiencias, cuerpos y voces propias, y no buscamos ser representadas, descritas, ni interpretadas por expertos.
• No hablamos por las otras u otres, hablamos con otras y otres de nosotras y nosotres, para aprender juntes.
• No estamos todas ni todes en este proceso, así que lo narrado no representa a todas las mujeres, ni a las feministas, ni a las disidentes sexuales de Manizales.
• La violencia patriarcal que hemos vivido a lo largo de nuestras vidas no nos define totalmente.
• Nuestras prácticas, feministas o no, generan conocimiento sobre nuestras vidas, son importantes y deben ser compartidas ampliamente.
• Narramos y escribimos nuestra propia experiencia.
• Cuando narramos nuestras historias como colectivas, redes, círculos o parches, podemos problematizar y fortalecer las propias comprensiones que tenemos sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos, para generar un conocimiento que nos atraviesa y del cual somos autoras y autores.
• Narrarnos colectivamente nos permite afianzar vínculos y prácticas de sororidad (empatía-simpatía, afectividad, escucha activa, presencia creativa, autocontención, acompañamiento, sanación) y acción colectiva.

Luego de construir los acuerdos creamos las preguntas que orientarían nuestro proceso para participar del proceso, pasamos a un tercer ciclo- latido en el cual creamos las preguntas que orientarían nuestro proceso de narración colectiva. Para ello, trabajamos dos ciclos-latidos en los cuales las delegadas de las colectivas participantes aportaron, desde sus propias experiencias y expectativas, los interrogantes que las convocaban. A partir del debate y el consenso llegamos a estas inquietudes:
• ¿En qué contexto, cuándo, dónde y con quiénes surgimos como red, círculo o colectiva?
• ¿Cómo nos nombramos y por qué nos nombramos así?
• ¿Frente a qué y a quiénes resistimos y re-existimos juntas-juntes?
• ¿Cuáles son nuestros sueños-utopías como colectivas, y qué hacemos para volverlos sentido, práctica o realidad?
• ¿Desde cuáles principios de vida, dolores, indignaciones o posturas orientamos nuestros procesos y prácticas como colectiva, red o círculo?
• ¿Qué acciones, proyectos o actividades hemos llevado a cabo, dónde, con quiénes y qué hemos alcanzado con ellas?
• ¿Qué hemos aprendido juntas-juntes?
• ¿Cuáles son nuestros principales retos de mejora en el trabajo interno y en el trabajo con otras?

Después de acordar los aspectos que orientarían la creación de las narraciones colectivas, pasamos a un tercer ciclo-latido en el cual las delegadas de las colectivas volvían a sus espacios y procesos para dinamizar con todas las y les integrantes, los encuentros de diálogo en torno a las preguntas. Este proceso fue realizado por cada colectiva de manera particular según sus preferencias. Algunas se reunieron en espacios públicos, como parques de la ciudad, para dar sus visiones sobre las preguntas y dar forma a su narrativa. Otras, crearon documentos de drive en los cuales todas las integrantes plasmaron sus aportes y llegaron a acuerdos frente a qué elementos articular en su narrativa. Otras tantas se reunieron en la casa de alguna integrante, y al son de su música preferida y unas cervezas conversaron y escribieron la narrativa.

Posteriormente de los primeros ejercicios de diálogo y escribanías de las narrativas, estas fueron socializadas por las delegadas de cada colectiva en un encuentro virtual donde se escucharon y retroalimentaron para sugerir posibles inclusiones y ajustes que ayudaran a fortalecer las narrativas colectivas. En este proceso de socialización también se identificó como principal punto común que todas partimos de que estamos atravesadas por el patriarcado y que reconocemos su presencia en nuestras biografías e historias, aunque también observamos que el patriarcado se junta con otras formas y estructuras de opresión, explotación y violencia.

Así mismo de ello, las delegadas de cada colectiva volvieron a sus grupos para retroalimentar con las demás participantes el proceso desde el diálogo colectivo logrado en la socialización de las narrativas. Finalmente, las colectivas volvieron sobre sus narrativas para afinar lo que consideran necesario antes de compartir su narrativa colectiva; en estas narrativas a hechura y semejanza de nuestras colectivas decimos juntas y juntes:

Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
que tiemblen los jueces y los judiciales
hoy a las mujeres nos quitan la calma
nos sembraron miedo, nos crecieron alas
A cada minuto, de cada semana
nos roban amigas, nos matan hermanas
destrozan sus cuerpos, las desaparecen.
-No olvide sus nombres señor presidente-

A todas las madres luchando en el Cauca
a las mujeres reincorporadas;
las niñas emberas que han sido violadas
a las campesinas masacradas
y a las humilladas en cantos misóginos
de aquellos soldados que cuidan la patria

Cantamos sin miedo, pedimos justicia
gritamos por cada desaparecida
que resuene fuerte:
¡Nos queremos vivas!
¡Que en Manizales caiga con fuerza el feminicida!

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
si un día algún fulano te apaga los ojos
ya nada me calla, ya todo me sobra
si tocan a una, respondemos todas

Soy Diana, soy Martha, soy Vanessa
Rosa Elvira, Alejandra, soy Camila
soy la niña que robaste por la fuerza,
soy la madre que ahora llora a sus muertas
yo soy esta que te hará pagar las cuentas

¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!

Por todas las compas marchando en Colombia
por las hermanas trans que han sido olvidadas
por las mujeres negras desplazadas
y todas las campesinas explotadas

Cantamos sin miedo, pedimos justicia
gritamos por cada desaparecida
que retumbe fuerte:
¡Nos queremos vivas!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!

(Adaptación colectiva de la canción Vivir sin miedo,
de Vivir Quintana)

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