Consejos éticos y disciplinarios para un correcto ejercicio médico
Autor: | Borráez Gaona, Oswaldo Alfonso |
El Juramento Hipocrático, que ha iluminado durante 25 siglos la senda que transitamos los médicos, recomendaba sabiamente «No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren el mal de piedra; dejaré esa práctica a los que la realizan». El mensaje es claro: lo que no sepamos hacer dejémoslo en manos de los que lo hacen bien. En términos jurídicos, la impericia, la imprudencia y la negligencia son los grandes pecados capitales en el ejercicio médico.
Mi recomendación final a los colegas que lean estas líneas: sean virtuosos en el desempeño de nuestra noble profesión, entendiendo la virtud como el recto proceder y el hábito para adelantar nuestras acciones conforme a la ley moral. Ha dicho el eticista español Diego Gracia Guillén que el médico solo llega a ser «bueno» y «perfecto» cuando ha convertido CONFIDENCIAL su virtuosidad técnica y su virtud moral en una especie de segunda naturaleza, en un modo de vida.