Reseña

El consumidor: Me gustaría saber a qué fea debemos cerrarle la puerta. El vendedor: Veamos que dice la contraportada sobre el particular. El consumidor: No me gusta la literatura de la contraportada. El vendedor: No pocos escritores consagrados la cultivan. El consumidor: Ya no se comportan como escritores, sino como vendedores. El vendedor: Como buenos amigos… El consumidor: ¿Están los amigos para cubrirnos de incienso? El vendedor: Pensemos que tenemos entre manos una excepción, seamos positivos. El consumidor: No sé de ninguna contraportada que no sea empalagosa. El vendedor: Venden los libros con estilo y eso hay que agradecerlo. El consumidor: Con un elemento que nos obnubila más que la marihuana. El vendedor: Alguien que detesta el incienso, qué bien. El consumidor: Por favor, no agite el incensario ante mí. El vendedor: Lo único que tengo entre manos es un rompecabezas. El consumidor: Un vendedor que no habla claro, qué mal. El vendedor: Apenas consta de 155 piezas y ninguna viene con incienso. El consumidor: Ya no se usan los experimentos literarios. El vendedor: ¿No es preferible un libro inclasificable a un manual de autoayuda? El consumidor: Empezamos a entendernos. El vendedor: Desde que empezamos a hablar, admítalo. El consumidor: ¿Se deja armar ese rompecabezas? El vendedor: Se deja armar por los lectores como usted. El consumidor: No será la primera ni la última vez que le abra la puerta a una fea…