Reseña

Este libro es pionero en el campo del estudio académico de las espiritualidades en el país. Desde un análisis histórico, la autora ¿socióloga y practicante ¿ reconstruye el proceso mediante el cual el yoga transitó de ser una de las líneas de filosofía clásica en la India a popularizarse como una alternativa, en medio de la contracultura de la década de 1960, e instalarse como una de las prácticas contemporáneas de cultura física más reconocidas en los centros de entrenamiento corporal en Bogotá.
A partir de preguntas por las condiciones sociales de posibilidad de la práctica de yoga, la autora rastrea características de clase social y configuraciones de tiempo y espacio que permiten profundizar en las dimensiones rituales y de distinción del yoga en las dinámicas urbanas. A partir de observaciones etnográficas y entrevistas a profundidad, esta obra presenta la variedad de motivaciones que llevan a las personas a buscar la práctica y propone comprenderla desde tres formas: las iniciaciones, las búsquedas y los usos. Estos tres caminos de experimentar la práctica del yoga permiten analizar las relaciones institucionales en las que se inscriben las personas, la regularidad, su relación con otras practicas afines como el taichi o el chi kung y las transformaciones de sí que genera.

Como espiritualidad, el yoga propone una forma de vida más allá del individualismo contemporáneo, una unidad en el presente desde la disolución del yo.

En medio del auge de un mercado espiritual, las diferentes aproximaciones a la práctica de yoga oscilan entre su uso como técnica para determinados fines, hasta su profundización como filosofía y práctica de transformación en la relación consigo mismo, con los otros y con lo trascendente.